miércoles, 16 de noviembre de 2011

Orígenes


El monetarismo tiene una larga tradición en la historia del pensamiento económico; pueden encontrarse explicaciones detalladas y muy sofisticadas sobre el modo en que un aumento de la cantidad de dinero afecta a los precios, y a la producción a corto plazo, en los escritos de mediados del siglo XVIII del economista irlandés Richard Cantillon y del filósofo y economista escocés David Hume. 
Sin embargo, los orígenes del monetarismo moderno se pueden trazar a la propuesta por John Stuart Mill de la dependencia general de los precios sobre la cantidad del dinero en circulación que sugiere que el nivel general de precios se relaciona con la cantidad de dinero multiplicada por su velocidad de circulación.
La situación que dio relevancia a la sugerencia de Mill fue que, a fines del siglo XIX y principios del XX el antiguo sistema monetario (basado en monedas de metales preciosos, principalmente oro) estaba cayendo en desuso.La expansión de tanto la población como la economía misma demandaron una expansión monetaria (incluyendo del crédito) que la cantidad de metales preciosos poseídos por los bancos en la mayoría de los países no podía satisfacer (aunque en algunos, principalmente Inglaterra, había gran acumulación del metal ), Pero aún en Inglaterra, con esa gran acumulación de oro, no había lo suficiente a principios del siglo XX como para respaldar con oro y plata la totalidad del circulante, incluyendo papel moneda, cheques, pagares y otras formas de “dinero bancario” o crédito en circulación. P. H. Wicksteed (un economista marginalista) escribiendo en 1910, describe así la situación:
"El conjunto de reserva metálica mantenida por todos los bancos constituye una fracción muy pequeña de la responsabilidad colectiva total de los bancos para pagar oro en demanda,.. (cada depositante).. entonces, tendrá derecho a retirar el monto total de su saldo en oro, y cualquiera puede hacerlo realidad, siempre y cuando la maquinaria está funcionando sin problemas, pero sería imposible que cada uno lo hiciera (al mismo tiempo), porque la inmensa mayor parte de la propiedad no existe en la forma de [monedas de oro] en absoluto, consiste en toda clase de bienes y obligaciones, de un valor equivalente, en los términos de intercambio marginal, a la suma total que el público tiene el teórico derecho a extraer en oro. Todo existe, sin embargo... el importe total de los depósitos en los bancos en conjunto, representa propiedad real, y toda esa propiedad está en la posesión de los bancos en cada momento, a su importe total..... La propiedad de los clientes, representados por sus saldos en el banco, es propiedad real y está haciendo un trabajo real,.... (Percibir que) el sistema bancario de Inglaterra consiste en un dispositivo de astucia para hacer que Soberanos de oro que sólo existen como anotaciones en un libro hagan el trabajo de los soberanos reales, es un error fundamental.
En consecuencia el papel moneda comenzó a adquirir cada vez más importancia. Al mismo tiempo, la situación, que ha sido llamada caótica creada por la emisión libre de billetes de bancos privados estaba siendo reemplazada con billetes emitidos y respaldados por el Estado a través del Banco Central.
En esa situación dos fenómenos se hicieron aparentes. Primero, la población en general acepto los billetes sin demandar su transformación inmediata en metales preciosos. Segundo, la expansión monetaria -especialmente la del crédito- sin respaldo real en metálico no dio lugar a una inflación desenfrenada, como se temía. Al mismo tiempo -y a nivel de la disciplina- el auge de la escuela marginalista -que sucedió en esa época- implico el abandono de las sugerencias clásicas acerca de La cuestión de la cantidad del circulante. Esto dio lugar a dudas sobre la valides de la "teoría cuantitativa" (o al menos, las interpretaciones anteriores), y ciertamente demandaba una exploración y explicación. Consecuentemente se formularon una variedad de aproximaciones denominadas "monetaristas".

Formulación del enfoque monetarista.


Los monetaristas comparten la concepción de la Economía clásica y neoclásica del equilibrio económico; específicamente, la propuesta que si la oferta monetaria equipara la demanda por liquidez, los precios serán estables. Igualmente comparten la percepción de un mercado libre pero con el proviso que el gobierno (o autoridades monetarias) tienen la obligación de mantener la estabilidad económica ( no obstante, ver "Aporte de Lerner" etc, más abajo ). A diferencia del resto de los neoclásicos (y marginalistas) no utilizan el individualismo metodologico: el interés monetarista se centra en agregados (monetario, demanda, etc)
La idea monetarista básica consiste en analizar en conjunto la demanda total de dinero y la oferta monetaria. Se asume que las autoridades económicas tienen capacidad y poder para fijar la oferta de dinero nominal (sin tener en cuenta los efectos de los precios) ya que controlan tanto la cantidad que se imprime o acuña así como la creación de dinero bancario; pero los individuos y empresan tienen libertad para tomar decisiones sobre la cantidad de efectivo real que desean obtener.
Así, la problemática monetarista llega a ser el como se establece, en la ausencia de un sistema obvio de regulación del circulante (dado que ya sea los bancos privados, en esa época, y el Estado en general pueden emitir libremente y de hecho se esta emitiendo por sobre la paridad teórica exigida por el patrón oro), el equilibrio económico, específicamente, cuál es la política monetaria que un gobierno debe seguir a fin de obtener y mantener estabilidad y cuáles son los mecanismos que esa autoridad monetaria posee con ese propósito.

Aporte de Knut Wicksell.


Las sugerencias que nos interesan de Wicksell se encuentran principalmente en su "Geldzins und Güterpreise" (1889). En general Wicksell busco defender la sugerencia de la teoría cuantitativa. Desde su punto de vista hay una cierta cantidad de circulante que mantiene los precios estables. Esa cantidad esta determinada por la relación entre tasa de interés y la tasa de ganancia del capital. Nótese que esa sugerencia implica que la tasa de interés es la última determinante de la cantidad de circulante y, en consecuencia, de los precios. Esta posición se puede trazar a la tentativa de Stuart Mill de preservar tanto la teoría cuantitativa como la dicotomia clásica.
La tesis de Wicksell se puede resumir así: la cantidad de circulante que mantiene estabilidad de precios es la que el mercado naturalmente demanda y es la obligación de los bancos en general y el estado en particular proveerla. Eso se consigue a través del estado (Banco central o equivalente) imprimiendo el suficiente dinero y poniendolo a disposición del publico. No importa si el estado imprime en exceso (exceso de oferta), siempre y cuando ese publico o mercado solo utilice lo que naturalmente necesite. Esa condición se satisfacerá si la tasa de interés es la natural. Si la tasa de interés a la que el banco (o bancos) conceden préstamos no es la natural, habrá ya sea exceso o escaces de circulante y los precios no estarán en equilibrio.
Wicksell establece una diferencia fundamental entre la tasa normal o natural de interés y la que puede ser llamada bancaria o financiera. La tasa normal o natural es aquella en la cual los ahorros equiparan a la inversión. En otras palabras, es aquella tasa de interés del capital que existiría si la economía estuviera en equilibrio y ni siquiera hubieran bancos u otras instituciones financieras (de hecho, en la opinión de Wicksell, incluso si los préstamos o inversiones no fueran en dinero sino en bienes de capital). Es decir, es equivalente a la tasa de ganancia en una situación de equilibrio económico. Pero, como es obvio, los bancos ni pagan por depósitos ni prestan a esa tasa, lo que introduce un elemento de inestabilidad. Adicionalmente, la tasa natural no es permanente. Si los bancos prestan a una tasa inferior, el ahorro caerá, habrá exceso de demanda y los precios aumentaran. Viceversa, si los bancos demandan sobre esa tasa natural por sus créditos, aumentara el ahorro y habrá disminución de inversión y demanda en general, lo que disminuirá los precios.
Lo anterior parece sugerir la necesidad de establecer entonces cual es esa tasa natural, lo que, por lo menos en los tiempos de Wicksell era complejo (especialmente dado que las condiciones reales están en constante flujo). Sin embargo, Wicksell sugiere una solución practica que es simple:
"Esto no significa que los bancos deban en realidad determinar la tasa natural antes de fijar sus propias tasas de interés. Eso seria, por supuesto, impractico y también innecesario. Dado que el precio corriente de las mercaderías provee una medida confiable del acuerdo o desacuerdo de ambas tasas. El procedimiento es más bien simple: en la medida que los precios permanezcan sin cambiar la tasa de interés de los bancos debe permanecer sin cambiar. Si los precios aumentan, la tasa de interés de los bancos debe aumentar y si los precios caen, la tasa de interés debe ser disminuida y a partir de ese momento mantenida a ese nuevo nivel hasta que una nueva modificación de los precios demande una nueva modificación del interés en una dirección o la otra" (K. Wickell, op. cit).
Es decir, las autoridades monetarias deberían practicar lo que ahora se llama inflación objetivo.
Dado que, de hecho, la economía (y la población) esta creciendo, ese crecimiento se financia con crédito o dinero creado de la nada por las autoridades financieras y los bancos. Siempre y cuando ese dinero se preste a la misma tasa de interés normal, los precios se mantendrán.
Ese argumento general llegó a tener gran influencia posterior tanto a nivel general en teoría y practica macroeconómica como en dos escuelas que generalmente se consideran contrapuestas, constituyendo, por un lado, una de las bases de la teoría austriaca del ciclo económico y, por el otro, una de las bases del keynesianismo.
Posteriormente Fisher denomino a la tasa normal o natural tasa real y la tasa bancaria tasa nominal.
Famosamente Fisher disputo la sugerencia de Wicksell en el sentido que es la tasa de interés lo que determina los precios, lo que ha dado origen a una de las divisiones más profundas en la aproximación a problemas financieros en la macroeconomia (Para otros aspectos e implicaciones de estas diferencias, ver ) que culminó en el Debate de las dos Cambridge. La posición de Wicksell, ya delineada influyendo en las escuelas mencionadas, la de Fisher influyo a Milton Friedman, y a través de el, a los Nuevos clásicos. Esto ha llevado a algunos a sugerir la existencia de dos tipos de monetarismo.

Aporte del Grupo de Cambridge


El llamado “Grupo de Cambridge” representa las concepciones de un grupo de economistas neoclásicos que pertenecieron a la Universidad de Cambridge -integrado principalmente por Alfred Marshall, Pigou, John Maynard Keynes cuando joven, etc- en materias financieras y, por ende, de considerable importancia en el monetarismo. Su representante más conocido en asuntos monetarios es Ralph George Hawtrey.
Para los integrantes del grupo (y los influidos por el), la función del dinero es no solo servir como facilitador de comercio o medio de cambio sino también como mecanismo de conservar valor entre transacciones. Esto implica que los individuos (incluyendo empresas, etc) pueden considerar conveniente mantener cierta cantidad de dinero como reserva (monetaria) liquida.
Lo anterior introduce la llamada Ecuación de Cambridge que formaliza el concepto de "propensidad a mantener dinero en los bolsillos" y lo representa por la letra k:
M^{\textit{d}}=\textit{k} \cdot P\cdot Y
En el cual, Md es la demanda de dinero, P precios, Y el ingreso total y k la fracción de circulante mantenida como reserva liquida.
Nótese que en esta visión la demanda de dinero (cantidad de circulante) corresponde no tanto a las tasas de interés, como Wicksell sugiere, sino a la relación volumen total de ventas o volumen de comercio (PY) más la cantidad mantenida como reserva. Pero esa cantidad de reserva depende a su vez de las tasas de interés. Esa situación fue directamente examinada por Hawtrey.

Contribución de Hawtrey


La preocupación central de Hawtrey, en sus numerosas obras, fue identificar las herramientas a disposición de las autoridades monetarias. A fin de determinar esas, Hawtrey fue uno de los primeros en proponer una interpretación monetaria del ciclo económico, para lo cual se baso en el trabajo tanto de los otros miembros del grupo de Cambridge como en el de Wicksell, sirviendo así como puente entre esas ideas y el trabajo posterior de Keynes. (Keynes y Hawtrey eran amigos, a pesar de lo cual no compartían propuestas ).
Adicionalmente apoyó lo que se llamó más tarde la Perspectiva de Hacienda (Treasury View) — la sugerencia que la política fiscal no tiene ningún efecto sobre el monto total de la actividad económica y/o el desempleo, incluso en tiempos de recesión económica. También adelantó en 1931 el concepto que llegó a ser conocido como el efecto multiplicador (o, simplemente, "el multiplicador"), un coeficiente que muestra el efecto de un cambio en la inversión nacional total en el monto de la renta nacional total.
Su propuesta en relación a los ciclos puede ser resumida así: Los actores principales en el ciclo económico son los mayoristas u otros intermediarios que basan sus actividades en el crédito bancario y por tanto son muy sensitivos a las tasas de interés. Cualquier inyección de dinero que reduzca la tasa de interés induce a estos intermediarios a incrementar sus inventarios; lo que hacen mediante el aumento de sus endeudamiento con los bancos y exigiendo aumentos en la producción de las empresas. Pero el aumento de la producción toma tiempo, consecuentemente, la oferta monetaria es por lo menos momentariamente excesiva en relación al ingreso real (formado por salarios). Esto conduce a una mayor demanda de productos de inversión por los inversionistas (que proveen un aumento de ventas), demanda adicional que, a su vez, reduce los inventarios de estos intermediarios mayoristas. Al darse cuenta de sus inventarios decaen, esos mayoristas volverán a exigir que las empresas aumenten la producción y pedir prestado el dinero para hacerlo. Pero esto una vez más que conduce a un "exceso" de circulante, etc. Eventualmente los bancos reducirán el nivel de sus préstamos -al ver que sus reservas liquidas se aproximan al límite- Los mayoristas se ven obligados a reducir sus inventarios y demandas a las empresas, estas reducen producción, y el ciclo ahora entra en una fase recesiva. Esto puede, en la opinión de Hawtrey, terminar en un callejón sin salida: si las ventas decaen más rápido que lo que los mayoristas previeron, sus inventarios pueden aumentar en lugar de decaer. En esa situación, ninguna oferta de dinero, por reducida que sea la tasa de interés, los inducirá a endeudarse para comprar de los productores, consecuentemente la demanda cae indefinidamente. En la opinión de Hawtrey, esa fue la situación que condujo a la Gran Depresión.
La solución que Hawtrey propuso llegó a ser conocida como Política monetaria activa o discrecionaria. Esta se basa en la propuesta que las autoridades monetarias deben tener una actitud proactiva, interviniendo a fin de prevenir la aparición de situaciones que puedan degenerar en crisis: "es mucho mejor regular el crédito constantemente de tal manera que ninguno de los dos círculos viciosos (inflación o deflación) puedan arraigarse seriamente ". En la practica una política monetaria activa significa que el Banco central (o autoridad monetaria) debe participar en los mercados financieros (por ejemplo, comprando o vendiendo divisas); variando las tasas de interés y los requerimientos de reservas bancarias, etc. con la intención de modificar tanto la cantidad de circulante como las tasas de interés a fin mantener el ingreso nacional estable.
Nótese que los mecanismos que esta propuesta sugiere son exclusivamente monetarios, diferenciandose así de la propuesta posterior de Keynes acerca de una política fiscal activa.

Aporte de Irving Fisher.


El trabajo de Fisher (quien ha sido descrito como el mejor economista que EEUU ha producido ), se puede encontrar en su "The Theory of interest"(1930).
Al igual que Wicksell, Fisher se basa y trata de defender la teoría cuantitativa (pero abandona implícitamente la dicotomía). En esa defensa de la teoría cuantitativa Fisher la actualiza, introduciendo la llamada Ecuación de intercambio, que generalmente se presenta de la siguiente manera:
M \cdot V = P \cdot Q
en la cual
M\, es la cantidad total de dinero circulando en una economía en un momento o periodo dado (en las ecuaciones originales Fisher establece una diferencia entre el dinero en efectivo y los depósitos de cuentas corrientes. Ambas sumas constituyen el "circulante" en un momento dado).
V\, es la Velocidad del dinero, es decir, el promedio de veces que esa cantidad de dinero es gastada o circula en esa economía en ese periodo.
P\, son los precios.
Q\, es la cantidad de bienes "vendidos" en ese periodo. (considerando cada venta o transacción de cada bien. Es decir, una mercadería puede ser contada varias veces, una por cada venta que experimente)
Así, por ejemplo; P Q es el costo (o precio) nominal de todo lo vendido/comprado en una economía determinada en un periodo dado. La V de Fisher es el inverso del k de la "ecuación de Cambridge".
Fisher argumenta que la velocidad del dinero es relativamente estable. Consecuentemente, asumiendo equilibrio y empleo pleno, lo fundamental es la cantidad del circulante. Si esa cantidad aumenta, aumentara el resultado de PQ. Pero, dado que Q no puede cambiar a menos que cambien las variables técnicas, lo único que puede realmente cambiar es P, es decir, los precios. (si no hay pleno empleo, es posible que un aumento de M lleve a uno de Q).
Sigue que cambios en precios se deben a cambios en el circulante. Inversamente, a fin de controlar los precios (evitar inflación o deflación) se debe controlar la cantidad de circulante. A partir de lo anterior, Fisher propuso un plan a fin de estabilizar la moneda. Sin embargo, para entenderla es necesario tener una visión más general de su posición.
Fisher comenzó tratando de establecer las bases sobre la cual el equilibrio se establece. Desde el punto de vista monetario, esto equivale a establecer como se llega a la situación en la cual los ahorros igualan a la inversión. (que implica que los precios serán estable. Fisher creía, como los monetaristas en general, que son las fluctuaciones de precios las que causan las crisis). Inicialmente Fisher no concedió mayor importancia en el cálculo de la cantidad de circulante a aquel que se origina en cuentas corrientes (cheques, tarjetas de crédito, etc), considerando que tales depósitos constituyen una fracción estable y menor del circulante. Otra manera de decir eso es que solo el volumen total de moneda impresa y/o acuñada cuenta para los cálculos. Con posterioridad a la gran crisis de la década del 30 del siglo XX, Fisher cambio de opinión.
Fisher sugerió originalmente que la tasa de ganancia (o tasa de interés real) depende de dos factores: la voluntad de ahorro o "posponer consumo" de la sociedad y las “tasa de oportunidad de inversión” (que depende de los niveles tecnológicos y recursos naturales disponibles). En un extremo, todos los recursos se utilizan para consumir en el presente. En el otro, todos se utilizan para invertir (consumir en el futuro). El equilibrio se establece en ese punto en el cual ambas tendencias se igualan. Se puede concebir entonces la tasa de interés real (o tasa de ganancia) como el premio que los individuos demandan a fin de posponer su consumo. Dado que cada unidad de consumo presente extra disminuye en su “margen de utilidad” pero lo mismo sucede con unidades adicionales de inversión o consumo futuro, también puede ser percibida como el punto en el cual se igualan las utilidades marginales de ambas variables.
Sin embargo lo anterior no resuelve el problema de la expansión de circulante y el como establecer, en forma practica, cual es el nivel apropiado del mismo. La propuesta de Fisher para lograr esto era el abandono del estándar del oro (incluyendo el uso de monedas de metales preciosos) y su reemplazo con papel moneda cambiable a oro libremente pero a una tasa variable a fin de mantener el poder de compra de la unidad monetaria. Por ejemplo, si los precios varían en un 1%, la cantidad de oro que una unidad monetaria “compra” también variaría en un 1%, de esa manera, los precios se mantendrían estable en relación a la “moneda legal”. Nótese que esto implica que alguien (el Estado o Gobierno) es responsable de “producir” el oro necesario para mantener esa estabilidad. Es decir, la función del Estado es mantener la estabilidad monetaria. Por ejemplo, si la cantidad de oro en existencia aumenta (produciendo inflación) el Estado debe reducir el oro que cada unidad monetaria representa (reducir el precio del oro). Eso lleva a los individuos a cambiar sus billetes por oro, reduciendo el circulante y aumentando los precios, restableciendo así el equilibrio, etc.
Posteriormente al comienzo de la Gran Crisis, Fisher extendió su teoría del interés, agregando otro factor: los créditos bancarios que se originan en los préstamos de los dineros depositados en cuentas corrientes, el que al mismo tiempo esta disponible para los propietarios de las cuentas; lo que significa que el circulante se expande rápidamente (los bancos “crean dinero de la nada”). Tales excesos de crédito llevan a exceso de liquides que aumenta los precios, En la presencia de inflación, los individuos demandan, en retorno por sus inversiones, no solo la tasa de interés real sino también una fracción que compense por la perdida de poder de compra de su dinero. Esta “tasa de interés nominal” iguala entonces a la tasa de interés real más la tasa de inflación esperada.
Por ejemplo, asumase que la tasa de interés real (o tasa de ganancia) es 5% y la tasa de inflación, por decir algo, 3%. Los inversionistas demandaran aproximadamente 8% de retorno en sus inversiones, a fin de obtener no solo la ganancia esperada, sino también el retorno del poder de compra de las sumas invertidas. El efecto que la tasa de inflación que se anticipa tiene sobre las tasas de interés se conoce como Efecto de Fisher.
La solución obvia, en la opinión de Fisher, es requerir que depósitos de cuentas corrientes tengan 100% de respaldo: los bancos solo podrían prestar su propio dinero (proveniente de la venta de acciones del banco, etc) o aquel en cuentas de deposito. Esto eliminaría corridas bancarias pero al mismo tiempo muchas de las ganancias de los bancos, los que tendrían que cobrar por el dinero guardado en cuentas corrientes.
Otro efecto de la gran crisis fue el abandono del patrón oro como medida de valor de la moneda. Esto requirió que Fisher modificara su propuesta de política monetaria activa. En lugar de compra/venta de oro, el estado debería participar en el mercado de activos monetarios (acciones, bonos, etc), comprando tales activos si los precios decaen y vendiendo si los precios aumentan. En otras palabras, los activos financieros en la bolsa reemplazarían el oro.
Nótese que, a través de todo lo anterior, lo fundamental es, a diferencia de Wicksell, la cantidad de circulante, no la tasa de interés. Es el exceso de dinero, en esta visión, lo que lleva a un incremento en los precios y esa inflación conduce, debido al efecto de Fisher, al aumento en la tasa de interés nominal o bancaria (lo que eventualmente afecta la tasa de interés real o de ganancia). La función del estado, a fin de mantener precios estables, es controlar el circulante, tanto a través de limitar su impresión como modificando las tasas de encaje y, en general, con una participación activa en los mercados financieros.
Sin embargo, y debido principalmente a una predicción generalmente percibida como seriamente errónea, el aporte de Fisher cayo en el olvido hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando fue revivido gracias al trabajo de Clarck Warburton (quien fue descrito como “el primer monetarista en el periodo que siguió la Segunda Guerra Mundial ) y quien sirvió de puente entre el trabajo de Fisher y el de Friedman.
Un punto controversial es la propuesta de algunos que Keynes no fue tanto influido por la visión de Wicksell sino más bien la de Fisher, estando consecuentemente, monetariamente más cerca del grupo de teorías llamadas "cuantitativas", representadas por, entre otros, Fisher, Milton Friedman y Don Patinkin (esta es un área compleja. Para una introducción, ver Roger W. Garrison (1993).

Aporte de Abba Lerner.

Las propuestas de Abba Lerner, que se remontan a 1943 y dieron origen a la llamada Finanza funcional, son demasiado complejas como presentar aquí algo más que un resumen general y simplista. A pesar que es posible trazar muchas de esas sugerencias a las propuestas de los autores ya delineados, están expuestas en forma tal que son generalmente sorprendentes a primera vista para los no especialistas. Desde este punto de vista, el aporte de Lerner puede ser visto como una sistematización de posiciones anteriores. Hay sin embargo una sugerencia que es genuinamente revolucionaria: el abandono de la tentativa de mantener un equilibrio económico (equiparado como objetivo de las finanzas sanas de las propuestas anteriores) y su reemplazo con la propuesta que el objetivo principal de las políticas económicas estatales es promover el crecimiento y desarrollo. (nótese el cambio de énfasis: de solo política monetaria a políticas económicas).
La posición de Lerner puede ser vista como prefigurando o introduciendo las concepciones monetarias modernas. Una exposición sucinta de esa propuestas se podría presentar así:
  • Cualquier política monetaria o política fiscal solo debe ser juzgada en relación a los efectos pertinentes a la función principal del Estado: promover crecimiento económico. En relación a ese objetivo, la búsqueda del equilibrio es, a los más, secundaria. Dado que el Estado tiene el poder de emitir dinero, carece de sentido que en lugar de hacerlo ya sea cobre impuestos o se endeude. (las funciones de esos mecanismos no son financiar al Estado). Adicionalmente, los gastos del gobierno generan ingresos para el sector privado, mientras que los impuestos reducen la renta privada disponible. Cuando el gasto público supera los ingresos tributarios (hay déficit presupuestario), hay una adición neta a la renta disponible de los hogares y empresas. Parte de esa riqueza extra se deposita en bancos, en la forma de cuentas de ahorro que devienen interés a una tasa que oscila entre la tasa de ganancia y la tasa de interés básica o estatal (dado que los bancos usan esos depósitos tanto para financiar inversión como para mantener depósitos en el Banco central o para comprar Bonos del Estado, que pagan interés (ver Tasa de cero riesgo y La deuda publica como instrumento del mercado de valores de renta fija). Así, el sector privado llega a ser más rico en un monto por lo menos igual al déficit del gobierno.
  • Sin embargo, el Estado no puede forzar a los individuos a aceptar el dinero extra (y aún si pudiera, tal "distribución" no tendría otros resultados que la inflación). El dinero solo puede entrar en circulación a través de otros mecanismos (por ejemplo, el Estado autoriza a los bancos a reducir su encaje, lo que significa que el nivel de préstamos potencialmente aumenta). Esto implica, en la opinión de Lerner, que las herramientas principales que el Estado posee para lograr sus objetivos son esos mecanismos, y no la impresión de dinero (a la que, sin embargo, el Estado debe recurrir sin vacilación si es conveniente o necesario). En sus palabras: “Todas las decisiones de importancia se hacen cuando se decide aplicar los instrumentos fiscales... Si uno de esos instrumentos envuelve el pago de dinero... el efecto será el mismo ya sea si el dinero estaba depositado en el tesoro o si fue necesario imprimirlo porque ese tesoro no tenía lo suficiente.... el uso del instrumento nunca debería ser restringido simplemente porque podría no haber lo suficiente en reserva en el tesoro en el momento." Sigue que el Estado tiene a su disposición varios mecanismos para lograr su objetivo. Lerner sugiere que hay tres "pares" de instrumentos financieros:
  • cobra de impuestos y gastos fiscales
  • compras y ventas por parte del Estado
  • Préstamos y endeudamiento fiscal.
Nótese que algunos de esos mecanismos son más apropiados para promover expansión, otros para reducirla (cuando, por ejemplo, la economía se "sobrecalienta" o, en otras palabra, se expande damasiado rápidamente)Algunos han interpretado lo anterior como sugiriendo que el Estado puede imprimir ilimitadamente. Es necesario notar que la finanza funcional no sugiere ni déficits ni superávits  permanentes. La finanza funcional no es una propuesta o política acerca de medidas financieras permanentes como tales, sino más bien un sistema o aproximación que sugiere que la manera apropiada de medir o evaluar cualquier propuesta es en relación a los resultados, no en relación a algún principio general o algún sistema ideal, etc. Nótese (gráfico a la izquierda) que la deuda publica de EEUU — país en el cual estas propuestas fueron aplicadas entre 1950- 1980— disminuyo tanto en el total como en porcentaje del PIB en ese periodo.La contribución de Lerner, a pesar que en la actualidad se considera simplista, fue aplicada en EEU en el periodo que va desde el fin de la Segunda Guerra Mundial a la primera parte de la década de 1970, y ha tenido gran influencia en concepciones monetarias modernas.Generalmente se considera que fue responsable de un cambio de la percepción de la "necesidad", sugerida por los monetaristas anteriores, de mantener de un presupuesto equilibrado a la que lo que realmente importa es el tamaño de tales déficits como porcentaje del PIB, lo que fue utilizado como justificación de una alegada tendencia en ese país a mantener déficit presupuestarios (y a aumentar la cantidad de dólares en circulación - Ver Crisis del techo de deudas de Estados Unidos de 2011).
Igualmente se ha sugerido que las propuestas de Lerner son la base de la política del llamado estímulo monetario o Flexibilizacion cuantitiva que se ha utilizado en numerosos países como consecuencia de la Crisis financiera de 2008 ), siendo, en ese sentido, generalmente aceptada. Sin embargo, esta percepción no es del todo correcta.Si no otra cosa, la practica posterior parece haber diluido la propuesta de Lerner de una en la cual se puede recurrir a la emisión de dinero si es necesario a fin de financiar un instrumento fiscal a una en la cual basta y sobra con poner dinero a disposición del publico o, más recientemente, los bancos a fin de estabilizar sus reservas, pero no para financiar demanda.
Las sugerencias de Lerner también han tenido gran influencia en lo que se llama Teoría monetaria Moderna (posición que se desarrollo a partir del trabajo de Lerner y el Chartalismo ), ambas aproximaciones teniendo asunciones similares o complementarias.

Contribución de Milton Friedman.



El aporte de Friedman es demasiado vasto como para ofrecer algo más que una puntualización simplista. Friedman es considerado el fundador del monetarismo moderno, tal como es ejemplificado en la Escuela de Economía de Chicago y una de mayores influencias en el pensamiento económico en la segunda parte del siglo XX e incluso posteriormente, a través de su influencia en la Nueva Economía Clásica.
Friedman introdujo lo que generalmente se considera la concepción o interpretación actual (fines del siglo XX y principios del XXI) de la teoría cuantitativa. Se puede considerar que Friedman sintetiza el acercamiento de los monetaristas previos, basándose principalmente en las sugerencias de Fisher y Lerner. Por ejemplo: "Lo que deberíamos considerar y lo que se esta considerando es una legislación que limite los impuestos y gastos fiscales de año a año a no más que el aumento de la población y la inflación. No creo que haya necesidad que eso sea en la forma de un presupuesto balanceado, pero (esa propuesta) podría ser una forma de lograrlo”. "La inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno monetario". "El camino más seguro para una recuperación económica sana es aumentar la tasa de crecimiento monetario, para cambiar la escasez de dinero a dinero fácil,.... pero sin volver a la exageración. Eso haría que las tan necesarias reformas económicas y financieras fueran mucho más fácil de conseguir.".
De acuerdo a la interpretación de Friedman de la teoría cuantitativa, tanto la velocidad de circulación como la demanda de dinero son, asumiendo que las variables económicas están en sus relaciones o “niveles naturales”, estables en el corto plazo., reflejando preferencias individuales o institucionales acerca de cuanto ahorrar o consumir. Variaciones en la cantidad de circulante llevan entonces a tentativas, por parte de empresas e individuos, a mantener esas preferencias, por ejemplo, librandose de excesos de dinero (lo que significa un aumento en la demanda). Pero, crucialmente, una sociedad no puede, en conjunto, librarse de tal exceso monetario, especialmente si la sociedad esta a sus niveles naturales de producción y empleo. Consecuentemente, los precios aumentaran. Eventualmente se llegará a un nuevo punto de equilibrio, pero ese punto será a los nuevos precios. Faltas de circulante darán origen al proceso opuesto.
Famosamente Friedman ejemplificó lo anterior en su monumental “A monetary history of the United States, 1867-1960”. En esa obra Friedman argumenta que la causa principal de la Gran Crisis fue la restricción que las autoridades monetarias de EEUU habrían impuesto en 1930 siguiendo un periodo relativamente prolongado de políticas monetarias expansionistas.
Eso dio origen a la percepción que la crisis se podría haber evitado si el banco central de EEUU - la Reserva Federal (FED)- hubiera expandido la cantidad de circulante, dado que el dinero funciona como un multiplicador monetario Friedman argumentó, por ejemplo en una entrevista con Peter Jaworski, que "aunque el FED no provocó la crisis de 1929, sí la empeoró al reducir la oferta monetaria en un tiempo en el cual se necesitaba más liquidez" (lo que ha llegado a ser la base teórica más general para "el estímulo monetario" tal como se ha implementado ). Paul Krugman comenta al respecto: “Un tema central de la Teoría General de Keynes fue la impotencia de la política monetaria en condiciones del tipo de la depresión. Pero Milton Friedman y Anna Shwartz, en su magistral historia monetaria de los EEUU, proponen que el Banco Federal podría haber prevenido la Gran Depresión -una propuesta que más tarde, en escritos populares, incluyendo los de Friedman mismo, se transmuto en la propuesta que el Banco Federal causó la depresión. Ahora, lo que el Banco realmente controlaba era la base monetaria -circulante más reservas bancarias. Como la figura muestra, esa base se expandió en la realidad durante la gran depresión, por lo cual es difícil hacer el caso que la Reserva causó la depresión. Pero se puede argumentar que la depresión podría haber sido prevenida si el Banco Federal hubiera hecho más -si hubiera expandido la base monetaria más rápidamente y hubiera hecho más para rescatar los bancos en problemas." y "“Así, aquí estamos (2008), mirando una crisis reminescente de la de los 30. Y esta vez el Banco Federal ha sido espectacularmente agresivo acerca de aumentar la base monetaria.. y adivinen que pasa? no parece estar funcionando".
Friedman continuó a tratar de dilucidar el papel que fuerzas tanto económicas como monetarias juegan en la economía en general y en el empleo en particular. Friedman sugiere que el equilibrio económico no implica necesariamente estabilidad de precios, como concepciones anteriores asumían, sino más bien que la estabilidad económica depende de variaciones anticipadas que permiten mantener “relaciones naturales” entre las variables. Por ejemplo, el nivel natural de desempleo (NAIRU) es aquel en el cual la inflación observada es igual a la esperada.
Consecuentemente, Friedman propone el abandono de las políticas monetarias y su reemplazo con la regla monetaria: El estado debe aumentar la cantidad de circulante a una taza anual regular y estable, que Friedman propone es entre 3% y 5% (pero que generalmente se interpreta como correspondiendo a la tasa de crecimiento económico) (nótese que para Friedman lo fundamental es que esa tasa sea estable y predecible por el publico - ver op. cit) Dado que esa tasa de crecimiento no es absolutamente predecible, y dado que el aumento del circulante si lo es, eso podría dar origen a un cierto nivel de inflación, pero, en la medida que esa inflación es anticipada, el resultado no será problemático. La economía se mantendrá “estable”. En todo caso, la regla monetaria no prohíbe el uso de las tasas de interés a fin de controlar las variaciones de demanda dentro de los límites que la regla permite.

Aporte de John B. Taylor



A partir de lo anterior se ha observado un interés en el desarrollo de las posibles reglas monetarias. De particular interés en esta área es el aporte de John B Taylor.
En 1977, Taylor y Edmund Phelps mostraron que la política monetaria es útil para estabilizar la economía si los salarios son pegajosos,incluso cuando todos los trabajadores y las empresas tienen expectativas racionales. Esto demostró que algunas de las sugerencias de la economía keynesiana se mantienen bajo la asunciones de las expectativas racionales. Esto es importante porque Thomas Sargent y Neil Wallance habían argumentado que las expectativas racionales hacen la política macroeconómica inútil para lograr estabilidad económica. Los resultados de Taylor y Phelps mostraron que la asunción de Sargent y Wallace no era fundamentalmente las expectativas racionales, sino los precios perfectamente flexibles. Consecuentemente el Modelo de superposion temporal de los contratos salariales de Taylor se convirtió en uno de los pilares de la Nueva Economía Keynesiana.
Taylor avanzó a explorar qué tipo de reglas de política monetaria es más efectiva para reducir el coste al Bienestar Social de los ciclos económicos: deberían los bancos centrales tratar de controlar la oferta monetaria, el nivel de precios, o la tasa de interés, y en relación a cuales cambios deberían reaccionar estos instrumentos: cambios en la producción, el desempleo, precios de los activos, o las tasas de inflación?. Taylor demostró que había un compromiso —más tarde llamado Curva de Taylor — entre la volatilidad de la inflación y la de la producción. Taylor propuso una política que el considera simple y efectiva: los bancos centrales deberían manipular las tasas de interés de corto plazo, elevando las tasas a fin de enfriar la economía cuando la inflación o el crecimiento del producto se vuelve excesivo, y la reduciendo esas tasas cuando una de esas medidas cae demasiado bajo. Esto ha llegado a ser conocido como la Regla de Taylor.
Una disposición clave de la regla de Taylor — a veces llamado el Principio de Taylor— es que la tasa de interés nominal debe reaccionar exageradamente, por ejemplo, aumentando más de un punto porcentual cada aumento de un uno por ciento de la inflación. (y viceversa, disminuyendo en más de un punto por cada punto que los precios o la producción decae).
La regla de Taylor se ha transformado en una posición generalmente aceptada como base para las decisiones monetarias; constituyendo uno de los principales aspectos a considerar en discusiones acerca de políticas monetarias tanto en EEUU como en la Unión Europea.